Se está celebrando la 31 edición de la Bienal de São Paulo, sus puertas permanecerán abiertas hasta el 7 de diciembre 2014. La Bienal de São Paulo acoge 81 proyectos y más de 100 participantes, sumando un total de 250 obras de arte. Cada proyecto es una contribución independiente, ya sea creado por un solo artista o por un colectivo. Más de la mitad de los proyectos han sido realizados específicamente para la Bienal, muchos de ellos por artistas internacionales.
La 31 edición de la Bienal se centra en las condiciones contemporáneas y en cómo los proyectos artísticos pueden involucrarse y activar historias, individuos y las comunidades actuales. El título, How to talk about things that don’t exist (“Cómo hablar sobre las cosas que no existen”), es una invocación poética de las capacidades del arte, de su capacidad de hacer reflexionar y actuar a las personas. Establecido por el equipo curatorial – Charles Esche, Galit Eilat, Nuria Enguita Mayo, Pablo Lafuente y Oren Sagiv – el título enlaza, a través del arte, el lado místico y espiritual de la vida con los ideales políticos y sociales – todo esto, en un mundo de cambio constante.
La Bienal de São Paulo se celebra en el pabellón Ciccillo Matarazzo, diseñado por los arquitectos Oscar Niemeyer y Hélio Uchôa. El pabellón engloba un espacio de exhibición de 30,000 m2 que se divide en diferentes áreas que separan y a la vez conectan el conjunto.
El Foro Mundial de la Bienal es un encuentro de profesionales y aficionados para discutir temas y preocupaciones del arte contemporáneo y de las Bienales internacionales. Este evento tendrá lugar dentro del marco de la 31 Bienal de São Paulo, y su función es investigar los diversos modos de operación y producción en las diferentes regiones y ambientes artísticos.
Aunque el granadino Val del Omar y el sevillano Ocaña ya no están entre nosotros, la huella del sur español ha llegado a la megalópolis brasileña gracias a ellos, que componen junto a Pedro G. Romero la representación andaluza en esta Bienal. Romero ha desplegado allí, bajo el nombre de La escuela moderna y con un enfoque peculiar, su vasto Archivo F.X. "Por un lado, La escuela moderna es una parodia de la fiebre genealogista actual en el arte contemporáneo, pero también es un llamado crítico al uso vacío que se hace de la pedagogía desde los museos, convirtiéndola en una especie de justificación práctica y positivista de la institución arte. Se trata también de una investigación de los efectos de la escuela moderna, la educación racionalista de Ferrer y Guardia, en el propio arte moderno. Especialmente en Brasil, el abuelo de Helio Oiticica, José Oiticica, empezó su actividad política apoyando la causa anarquista de Ferrer y la insurgencia libertaria. Esta ambigüedad entre construcción y destrucción se extiende por toda la pieza", explica sobre su intervención.
Hasta siete veces ha viajado Pedro G. Romero a Sao Paulo, donde contactó con las instituciones pedagógicas que guardan el legado libertario de la ciudad para la investigación y el montaje de una instalación que no hubiera sido posible sin la complicidad de Lidia Gamero, Pedro Delgado, Marina Garcés, Antonio Orihuela, Elvira Pujol Masip, José Luis Gutiérrez Molina, José Luis Tirado, Pedro Jiménez, la agencia SOPA, la editorial Berenice y un largo etcétera. El esfuerzo de la Fundación Bienal y el soporte del Gobierno español a través de Acción Cultural Española (AC/E) permitió a Pedro G. Romero extender su investigación a Amsterdam, New York y Barcelona.
La difusión que Sao Paulo ofrece a las obras del granadino Val del Omar y el sevillano Ocaña también le satisface. "De Val del Omar se han presentado sus películas Fuego en Castilla y Aguaespejo granadino casi como antecedente de mucho de lo que aquí se presenta en relación a esas cosas que no existen. No menos relevante es la presencia, en la sección Dios es marica, de las pinturas, vídeos y esculturas de papel maché de Ocaña".
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